Como dice Ismael Serrano, al cual últimamente estoy muy enganchada, «Hoy es siempre», y las primeras veces que reflexionaba sobre esta frase me parecía maravillosa. Hoy es siempre. Sí, porque cada momento es hoy, y por tanto, siempre, toda nuestra vida, cada momento será hoy, por ello «hoy es siempre».
No sé si me he explicado. El caso es que dándole vueltas a la frase y hablándolo con mi querido, he avanzado en mi reflexión y he pasado por distintos estadíos. Con él pensé más bien que «siempre es hoy», ya que «hoy es siempre» nos puede llevar a creer que aquí somos eternos y que no importa lo que hagamos, que va a haber «hoy» para rato, para «siempre». Y hombre, añitos de vida quizá nos queden, y habrá que vivirlos, en la medida de las circunstancias a tope (que no me refiero con prisas, sino con plenitud), pero no dejando pasar momento tras momento como si tuviéramos toda la vida, 100 siglos para la vida, y por tanto, dejando lo mejor y lo más pleno para el final, ese que nunca se acercaría.
Así que rumiándolo en mi cabecita esta mañana antes de que sonara el despertador, he cambiado la frase a «Hoy es ahora». ¿Qué os parece?
Sí, cada momento presente es «ahora», y por ello hoy es ahora, en la línea de:
«Hoy es un regalo, por eso se llama presente».
Buenos días.
🙂
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